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Título: #SUPERPACIENTES


¿Cuántas veces has estado a punto de tirar la toalla cuando de perder peso se trata? ¿De tomar tus tenis y salir por la puerta directo al gimnasio y, ahora sí, permanecer? Pero al final no reúnes el valor suficiente y sigues con tus mismos hábitos. Y te hundes emocionalmente cada vez más porque tus resultados de tus nulos esfuerzos no te satisfacen.


Be Tell Care, centro de medicina y estética corporal, lleva ya algunos años orientando a pacientes y usuarios en general a planificar y mejorar sus hábitos y sus cuerpos. En este tiempo hemos sido capaces de desarrollar un instinto especial para reconocer a los pacientes a los que llamamos #superpacientes, que son los que tendrán éxito en sus planes y tratamientos, y a los aspirantes a #superpacientes, que lo tienen más difícil para lograr sus metas, y con el interés de ofrecer a éstos últimos pautas y consejos para reinventarse y mejorar su salud y estado físico, hemos decidido escribir éstas líneas.


Como podrán comprobar, mantener un estilo de vida saludable no tiene nada que ver con superpoderes.


Ser un #superpaciente NO es lo mismo que ser un buen paciente.


Un verdadero #superpaciente persigue y alcanza los objetivos que eligió en coherencia con su estilo de vida y sus valores. No se trata de ser bueno, se trata de buscar la excelencia. Entonces no viven para bajar de peso, bajan de peso para vivir mejor. No hacen diferencia entre el querer y el deber, sino entre lo que les apasiona y lo que no.


Se toman su salud como algo personal.


Esto es, cuidar de nuestro cuerpo (higiene, alimentación, ejercicio, descanso) ocupa al menos un tercio de nuestra vida, por tanto, es inevitable que sea personal aunque queramos diferenciarla de una forma más artificial (moda, convenciones sociales). Sí nuestro desempeño en cubrir necesidades básicas no es satisfactorio, difícilmente otras áreas de nuestra vida podrán serlo. Muchas personas no disfrutan de cuidar sus cuerpos por diferentes razones. Nuestra recomendación para hacer de esto algo personal es sencilla: haz lo que puedas, pero no dejes de buscar lo que quieres, aunque sea un minuto al día.


Los #superpacientes se distinguen por sus cualidades.


Un #superpaciente aplica seis “superpoderes” o competencias específicas: actúa, porque la mejor actitud (llamémosle “haztitud”) es hacer; cambia, porque aunque cambiar es inevitable, mejorar es una decisión; gestiona, aplicando las mejores técnicas que les ofrecemos para conseguir con eficacia sus objetivos; crea sus metas personales, para ocuparse en sus espacios personales y encontrar oportunidades y reconocimiento; toma la iniciativa, para buscar oportunidades pero también para aprovechar las oportunidades y herramientas adquiridas, y conecta, sabe aplicar los conocimientos adquiridos con naturalidad y organización.


Para ellos no existe el tiempo futuro, sino siempre el presente, tiempo al que intenta sacar todo el jugo posible.


Dijo alguna vez el Dalai Lama que solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada, ayer y mañana. Un #superpaciente se enfoca y se especializa. La infelicidad es no saber qué queremos pero matarnos por conseguirlo, y vemos a muchos pacientes trabajando y haciendo mucho sin un sentido de lo que hacen o hacia dónde se dirigen. Muchas personas dicen “siempre quise bajar de peso, ahora comprendo que debí ser más específico”.

Y es que las personas que alcanzan el éxito en sus tratamientos no son las más inteligentes o de “mejor metabolismo”, sino las que definen objetivos y perseveran. Eso es una noticia esperanzadora para aquellos que somos muy limitados. Una persona perseverante y enfocada no trabaja más, trabaja mejor. Evalúa sus resultados y termina lo que empieza.


Nuestra trayectoria nos ha capacitado para distinguir a personas a las que les puede ir bien en un tratamiento y a las que lo tendrán un poco más difícil.


En estos años asesorando y apoyando la planificación y desarrollo de hábitos y un estilo de vida saludable de distintas personas hemos podido comprobar que personas alcanzan una razonable satisfacción en sus tratamientos, y hemos descubierto que la clave tiene que ver con esos seis superpoderes comentados. Por ejemplo, hemos visto que los pacientes que avanzan son los que actúan, los que experimentan, y no los que esperan o dependen de decisiones ajenas. Las personas que no toman iniciativa sólo encontrarán las oportunidades que rechazaron los que sí la tomaron. Hay quienes esperan que les funcione un producto milagro o un impulso para querer iniciar algo, mientras que un #superpaciente lo construye paso a paso, probando y descubriendo actividades, herramientas y formas de seguir que le motiven.


Una de las principales barreras es la falta de motivación, algo que quizás venga por el hecho de que esperamos que sean otros los que nos motiven. Debemos aprender a desarrollar esta capacidad por nosotros mismos.


Motivación no es tener ánimo, es tener motivos. Y si no los tenemos, hay que buscarlos o crearlos. No hay que buscar la motivación en condicional, no dediques tiempo a lo que harías. Un objetivo no es lo que decides hacer, es aquello a lo que dedicas tiempo. Pregúntate “¿qué debería hacer diferente ahora?”. Encontrarás fácilmente tus principales intereses indagando en lo que ya haces cotidianamente, todos los días.


¿Quieres estar más motivado? Entonces descubre qué te gusta o disfrutas más de lo que tal vez ya has intentado o iniciado y dedícale más tiempo. Sí, ya lo sé, la vida es dura y está llena de actividades y sinsabores. Pero es un error malgastar nuestra vida esperando que surja la motivación; mejor organizarla alrededor de lo que hacemos y disfrutamos ahora, aunque sea un poquito. Las emociones están sobrevaloradas, lo importante es tener planes y objetivos. Te sientas como te sientas, haz lo que debes, lo que tienes previsto hacer. Y así te sentirás mejor. No esperes la motivación para actuar, actúa para tener motivación.


Plantearnos objetivos nos motiva, pero ¿por qué nos cuesta tanto llevarlo a la práctica? ¿Nos da miedo fracasar?


Mejor un objetivo malo que ninguno, porque plantearnos objetivos es crear motivos, es crear motivación. Si has decidido mejorar la forma de tu alimentación, esa decisión te conducirá a ser más activo, a aprender más y a descubrir nuevas posibilidades. La actividad lleva a más actividad, mientras que no hacer nada suele conducir a hacer menos aún. No nos gusta definir objetivos porque implica compromiso y esfuerzo con nosotros mismos. Planificar es como darnos órdenes, y a nadie le gusta recibir órdenes, ni siquiera de uno mismo. Por otro lado, también somos poco realistas y metódicos al establecer metas, lo que hace más difícil cumplirlas. “Estamos tan cómodos” que no planificamos o “estamos tan ocupados” que solo tenemos tiempo y ganas para sobrevivir.


Lo decíamos antes, hay que trabajar en lo que se puede, pero no dejar de perseguir lo que se quiere. Un problema frecuente de pacientes insatisfechos es que saben lo que no quieren, pero no lo que quieren, lo que les motiva. A veces el problema no está solo en las condiciones que ofrece la vida, sino también en la actitud diaria de los pacientes. Deja de pedir consejo sobre tu peso, alimentación o tu vida personal a los que no te imaginan haciéndolo de otra manera. Busca otras opiniones y perspectivas diferentes. Pide asesoramiento y apoyo a los profesionales que son lo que tú quieres ser.


Acciones concretas…


Empezar conectando tus objetivos, relacionando lo que te gustaría ser y hacer con lo que eres y estás haciendo ahora, aunque sea débilmente, solo para empezar. Un segundo paso sería convertir las tareas habituales en proyectos concretos para dar sentido a las labores diarias. Encontrar el propósito en cada tarea asignada. Si quieres sentirte mejor con tu cuerpo, cambia lo que haces antes de querer cambiar tu cuerpo.


Más que pensar en positivo, es más provechoso actuar en positivo, es decir, intentar las cosas incluso cuando creemos que no podemos.


Lo que decimos es que, en lugar de analizar tanto cómo nos sentimos y lo que pensamos, hay que organizar la vida y los quehaceres cotidianos. No hay que esperar a sentirse bien para actuar, hay que actuar para sentirse bien. No es necesario “pensar en positivo” para seguir desarrollando planes y cumplir nuestras obligaciones. Si piensas mal, en lugar de elucubrar, ponte a hacer lo que debes, termina las tareas previstas y alcanza objetivos pequeños, verás como empiezas a pensar mejor. El mejor pensamiento positivo es el comportamiento positivo. La vida no es la que pensamos sino la que hacemos.


Las emociones, lo que sentimos, apenas influyen en nuestro rendimiento.


No esperes sentirte valiente para actuar, actúa como si ya fueses valiente y verás cómo desarrollas la valentía. Hay muchas corrientes en psicología y en Be Tell care nos decantamos por la psicología del comportamiento cotidiano, aquella que nos recuerda que si queremos cambiar, tenemos que vivir de forma diferente. Si quieres cambiar tus emociones, haz cosas diferentes y tus emociones cambiarán. Nos gusta creer que podemos mejorar nuestros hábitos “pensándolos”, porque es más cómodo y supuestamente más rápido. No podemos elegir cómo sentirnos, pero sí podemos decidir qué hacer para sentirnos mejor.


Si lo difícil debe realizarse en primer lugar, ¿por qué nos da por dejarlo para lo último?


Precisamente porque es más difícil, porque implica más esfuerzo y todos tendemos a evitar el trabajo duro, a procrastinar o retrasar las actividades que nos gustan menos. El supermétodo es uno de los poderes de un #superpaciente, e incluye poner en práctica técnicas de “productividad” personal. Si nos enfocamos primero en tareas menos agradables pero más importantes, cómo hacer ejercicio, cada vez nos parecerán más agradables porque estarán motivadas por las actividades que vienen después y que más nos interesan


Con la voluntad sucede lo mismo que con la motivación: no hay que esperar a que llegue, sino que puede surgir de la experiencia o la especialización.


No podemos saber sí desarrollar un nuevo hábito nos hará disfrutar y poner empeño. Por eso es importante probar diferentes actividades y formas de hacerlo. En Be Tell Care ofrecemos distintas alternativas recursos para ayudarte a conocer tus intereses, ajustar un tratamiento a tu medida y brindarte toda la información para que éste sea exitoso. La falta de interés en el tratamiento es en ocasiones una barrera pero recuerda, casi todo nos puede interesar si le damos oportunidad. La voluntad se construye, y cuánto más sabes de algo, mayor provecho y mejores resultados obtendrás, por lo que será más probable que tu tratamiento y las actividades planteadas te motiven. En lo que respecta a llevar una vida saludable no hay medias naranjas, lo importante es el jugo.

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