“Entré y observé aquel enorme gimnasio, máquinas asombrosas, aparatos complejos y un montón de personas extrañas con cuerpos simplemente espectaculares, hombres musculosos, mujeres delgadas en top, mostrando su abdomen marcado y yo…. Muerta de vergüenza, con sobrepeso y sin saber cómo usar los aparatos (por ser mi primer día) me sentía observada y abrumada en semejante situación. Tomé valor, respire profundo y subí a una de las caminadoras. Intente programar lo mejor que pude, sin embargo, la chica musculosa que corría en la caminadora de junto me distraía y entonces, sin querer… la desprogramé. En mi intento de no llamar la atención corrieron los empleados del gimnasio en mi auxilio y uno de ellos comentó en tono burlón “Se nota que es tu primer día”. Juré nunca volver”. Nos comenta Sofía.
Nuestro paciente Iván entró en pánico, cuando le sugerimos la idea de realizar un poco de actividad física y nos narra con terror sus clases de Educación Física de la primaria “El maestro nos ponía a correr a la hora del sol, nos llevaba hasta unas escaleras de cemento que estaban cerca del colegio y debíamos subirlas y bajarlas 30 veces. Aquel que se quedara atrás era castigado y debía hacer ejercicio doble. Recuerdo que en eso consistía la clase. Odio hacer ejercicio”.
La actividad física es algo natural para lo cual fueron diseñados especialmente nuestros cuerpos y… al igual que con la educación, el arte y la música, no debemos pretender que a todos nos guste lo mismo. No todos aprendemos de la misma forma, por lo tanto, no todos deberíamos ejercitarnos de la misma forma.
Cuando somos niños la actividad física resulta algo natural, correr y jugar vienen en el mismo equipo. La actividad realizada de forma natural es algo que se disfruta, es algo que no necesita esfuerzo, es una actividad social y repleta de grandes aprendizajes. El niño corre por diversión y entusiasmo, corre cuando está feliz, inventa historias y esquiva peligros, disfruta descubriendo todos los movimientos y hazañas que es capaz de realizar con su cuerpo.
Sin embargo, para algunas personas, en algún momento de sus vidas, esta percepción cambia. Al intentar introducir el ejercicio en un “sistema estandarizado” o más bien, introducir individuos en un sistema de ejercicios, perdemos el objetivo. “Ejercitamos” debería ser el objetivo primordial… pero de ningún modo el resultado debe ser más importante que el proceso.
Si lo que deseamos es “cambiar vidas” y “motivar seres humanos” debemos darle sentido al ejercicio. Porque realizar un montón de repeticiones aburridas no motiva por mucho tiempo… ni siquiera, pensando en el resultado.
¿Cómo recuperar el disfrute?
Comprende tu individualidad
Todos somos diferentes... Tú eres diferente, único y especial así que la actividad física que realices, también debe serlo. Algunas personas se sienten cómodas en un gimnasio, otras prefieren integrarse a un equipo deportivo, para algunas bailar es algo hermoso y otras prefieren recorrer centros comerciales, caminar por su ciudad o jugar a los piratas con sus niños. Todas ellas son actividades físicas importantes.
Cada persona tenemos una estructura física y psicológica totalmente diferenciada de los demás, somos seres únicos e irrepetibles. No reaccionamos igual ante un mismo estímulo. Adelante, busca algo único y especial, disfruta el proceso.
Experimenta y diviértete
Haz tenido alguna vez un montón de colores de madera y una hoja en blanco, bueno… así es realizar ejercicio.
Recuerda que toda actividad física que no lleve un punto de diversión, de disfrutar haciéndola “de engancharse” a ella, está condenada al fracaso.
Realizar ejercicio de forma regular modifica las motivaciones iniciales que tenemos para comenzar a ejercitarnos. Por eso es de gran importancia escoger una actividad que nos guste, que nos permita sentirnos bien y con la cual podamos convivir por largo tiempo, pues si sólo nadamos por obligación, pero no nos gusta la natación, es probable que abandonemos su práctica y así, quedarán a un lado los muchos beneficios a nivel físico, emocional y psicológico que puede brindarnos cualquier actividad física. Si no te gusta la actividad física es una excelente oportunidad para experimentar, innovar, crear y enamorarse.
Conéctate
Una de las claves del éxito cuando realizas un cambio es… buscar uno o más compañeros que te ayuden a lograrlo. Será más fácil hacerlo todos juntos, se divertirán, platicarán y cuando tengas alguna recaída, tu compañero te ayudará a levantarte.
Hacer actividad física en grupos contribuye a potenciar las capacidades cognitivas, aumentando los niveles de endorfinas, lo cual repercute en un mejor desempeño mental. Al realizar un deporte en equipo se refuerzan los lazos de solidaridad entre los integrantes, amistad y respeto por las personas. Así mismo, enseña la importancia de la disciplina para el resto de las actividades de la vida.
Permítenos apoyarte
Realizar actividad física incrementa la movilidad articular, colabora con la circulación, aumenta la oxigenación, previene la osteoporosis, diabetes y lumbalgia. Mejora el funcionamiento del intestino. También aumenta la autoestima, la fuerza de voluntad y el autocontrol. Colabora con la disminución del estrés, la ansiedad y depresión.
En Be Tell Care deseamos apoyarte paso a paso en tu proceso para crear nuevos hábitos y llevar un estilo de vida saludable. Somos un equipo multidisciplinario y te acompañaremos en este nuevo camino y estilo de vida.
Llevar a cabo una vida activa no es difícil, mejora la calidad de vida y colabora con la prevención de enfermedades tanto físicas como psicológicas.
Nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio ni para cosechar sus múltiples resultados.
Comments