“Lo importante no es lo que se hace de nosotros, sino lo que hacemos nosotros con lo que se hace de nosotros”
Jean-Paul Sartre
La autoestima es el resultado de la opinión que una persona tiene de sí misma, de su apariencia física, de sus aptitudes, de sus éxitos profesionales y personales, incluso de la riqueza de su vida afectiva.
La autoestima, cambia y muta a lo largo de nuestra vida. Se incrementa cuando vivimos respetando nuestros propios valores y disminuye cada vez que nuestro comportamiento no está en coherencia con ellos.
¿Cómo se construye tu autoestima?
En primer lugar, se construye con otras personas, los padres, la familia política, los amigos, los profesores, tu jefe, los compañeros de trabajo, todos influyen sobre la percepción que un individuo tiene de sí mismo.
Cuando llegamos a la edad adulta, se suman otro tipo de factores a esta percepción, como lo son, los éxitos, los errores o los fracasos.
¿Cómo adquirimos una mala autoestima?
Hace algunos años, se creía que la forma de lograr que un niño adquiriera una buena autoestima era decirle lo “guapo, inteligente y maravilloso que es”. Hoy se sabe que existen otros factores importantes además de la calidez y palabras positivas de sus padres. La disciplina y el autocontrol que se desarrollen en el niño o niña, sentarán las bases de una adecuada y positiva percepción de sí mismo.
Así mismo, existe una serie de factores que dificultan la construcción de una adecuada autoestima, entre ellos: la sobreprotección del entorno familiar que rodea al niño, sus padres, abuelos, hermanos, maestros; las palabras hirientes o críticas constantes, transmitirle un desánimo o no proveerle un entorno afectivo adecuado, durante las dificultades, una disciplina inconstante, el abuso físico e incluso un deficiente contexto escolar.
Algunos factores que puedes cambiar e incrementarán tu autoestima
Acéptate y acepta a los demás: Reconoce tu valor y acepta a los demás reconociéndoles el suyo. Permite que se acerquen. Para desarrollar y alimentar relaciones enriquecedoras es indispensable saber reconocer y comprender tus necesidades, así como las de tu entorno, para así, satisfacerlas mejor. Recuerda que comunicarte de forma clara y abierta con los demás incrementará tu autoestima.
La procrastinación, es decir, la tendencia a dejar para mañana lo que podríamos hacer hoy. Esto tiene que ver con el concepto que la capacidad de controlarse y la autodisciplina son factores que favorecen un mejor autoconcepto. Procrastinar alimenta una falta de autodisciplina, por lo tanto, hacer de inmediato aquello que se debe hacer, incrementa la autoestima. El motivo más común por el cual tendemos a “dejar para mañana lo que podemos hacer hoy” tiene que ver con esperar el momento perfecto para empezar o esperar a que llegue la motivación. Esto nunca ocurrirá. No esperes a tener una motivación para empezar, llegará a medida que avances en la acción para alcanzar tu suelo. Recuerda que debes trazar un plan, empezando de inmediato, fijado fechas para alcanzar pequeños logros y decidiendo, por dónde debes empezar. Es recomendable dividir la gran tarea en etapas de 15 a 20 minutos, es muy importante que al finalizar reconozcas tu esfuerzo y te felicites.
Cuida tu forma de pensar: En ocasiones es más fácil prestar atención a los aspectos negativos de la vida e ignorar los positivos, tendemos a desvalorizar lo positivo. Utilizar los términos “debería, no debería, debo o hace falta” dan la sensación de estar controlado desde el exterior, mientras que expresiones como “decido, elijo o quiero” incrementan la autoestima. Evita colgarte una etiqueta o decirte palabras hirientes como “soy estúpido” en lugar de racionalizar “he cometido un error”. Recuerda que la manera de pensar puede modificarse. Trata de ver las situaciones de un modo global con los aspectos positivos y negativos y enfocarte, en lo positivo, elige las palabras que empleas, asume tus responsabilidades sin culparte, evita sacar conclusiones apresuradas y considera las situaciones tan objetivamente como sea posible.
Recuerda que la autoestima es una cuestión de percepción y de la interpretación que le damos a la realidad
Es cierto, en ocasiones los cambios asustan, pero en ocasiones y para nuestro beneficio se requiere construir, ser valiente y asumir riesgos, lanzarse y asumir la responsabilidad del cambio que se desea efectuar.
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